23 de abril de 2012

Mayo (19 años)

En una sala de espera, contando los minutos para que alguien me regale algunos de los suyos. Pensando lo que dan de sí veinte días. Hay veces que tu vida es igual durante meses y otras que, en pocos días, te sucede hasta lo más inesperado.
Lo rechazado, lo prohibido, anhelado y conseguido, lo añorado y recordado,... lo olvidado.
Del amor al odio, de la amistad al amor, del amor a la locura, de la locura...
Entre todo este caos mental y emocional, de repente, surgen de la nada las palabras necesarias, las que te marcan para siempre, las que Él me dice. Bueno, me decía.

Hoy, todo me parece especial. Cada sonido que escucho y cada cosa que veo.
Todo tiene un porqué, una razón. Todo es bello según como se mire. Todo es una foto. Absolutamente digno de plasmar en la eternidad. Necesito capturar cada increíble momento, pero cómo, si todos lo son.

El destino pone en tu camino personas individualmente especiales o, quizás, sean ellas mismas las que se colocan ahí. Conexión de energías, química,... da igual cómo llamarlo.

Hoy es el típico día que no tiene nada de típico.

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