8 de abril de 2016

Desnuda y sin nudos.

Apenas consigo apoyarme de puntillas sobre la realidad.
Sigo volando, lejos de estar a la deriva, sólo hacia arriba sin pérdida de equilibrio. Se me destaponan los oídos y, como un águila, soy capaz de alcanzarlo todo. El horizonte, los rincones, las montañas y los valles.
No hace falta coger carrerilla. La perspectiva es más que suficiente.
Con cada detalle se me achinan los ojos, comienza la cadena, perpetuamente libre; la que no aprieta ni ahoga; la que da luz a las sombras y no te deja caer.

En todo hay belleza. En lo sórdido, en lo humano, en lo sobrehumano.
Ser más tú que nadie, ser sólo tú, sin añadidos, sin caretas, sin escondites.
Sencilla y puramente tú.
Aceptarle a él por ser él, a ella por ser ella y, a ti, sólo por ser tú. Ni más ni menos.

Optimizar, aceptar, aprender y no perder perspectiva.
Dar todo lo que puedas dar de ti y superarte en cada salto.