26 de abril de 2012

Dulces batallas.

¿Dulces sueños? Los prefiero salados.

De roces "casuales" y manos entrometidas. Susurros inundados de embriaguez y tu olor. Más tarde, sudor.
El reloj a punto de medianoche. Las persianas abiertas, pero las cortinas cerradas. Amante de la silueta de nuestros cuerpos, de las miradas intuidas, de labios embebidos.
No hay mejor destino que una espalda. No hay mejor pincel que tu lengua.

Juego con fuego, pero el que te quemas eres tú.
Respiración entrecortada. Redoble de tambor.

Y las campanas comienzan a repicar...

25 de abril de 2012

Obstáculos y mugre.

Algunas palabras caen como yunques por un acantilado. Como cadáveres putrefactos arrojados al brillante río de las ilusiones.
Como tener alas y no salir de casa. Comprarte un Cadillac sólo para ver como se amontona el polvo sobre su reluciente parabrisas.
Yo no elijo esa vida.
Estallo en ganas por conocer, por saber, por ver, oler, oir, tocar, sentir.
No me voy a quedar atrás. La música me espera. Y no voy a defraudarme. Yo soy todo lo que tengo.

Y, mientras, continúa el olor a humedad de las goteras de siempre. El hedor del sudor de los cerdos del rellano. La pútrida silueta en el espejo. Enciendo un cigarro en medio de este caos, me conformo con la primera calada y te lo paso.
Recobro la compostura y sigo caminando.

Sin bastón.

Todo aclarado. Fin del juego.

Al final, cuando intentas tomarte la vida como un juego, te das cuenta de que llevas las de perder.
¿Dónde quedan las palabras? Pulverizadas por el fuego de la indiferencia.
Y, ¿ahora qué? ¿Ya está? Fue bueno y breve. ¿Por qué no me parece doblemente bueno?
Ya sólo se oye una risa ahogada, muda, vacía. Y silencio. Nada más. Respiración entrecortada y clavos oxidados que se retuercen de nuevo, como siempre.
La espera consume. La impaciencia carcome. La incertidumbre mata.
Y, ésta es la historia de una princesa de pies hajados y alma desgastada que ya no espera, ni pierde la paciencia, ni le importa no tener las respuestas. Sólo va donde el viento la lleva.

Y, de eso se trata, de dejar de necesitar.
De prescindir de las cadenas, de los pegotes de mugre, de la corona, de los zapatos y la ropa, de los prejuicios, de las personas.
Valer por ti mismo. Saber quién eres y alcanzar a quien quieres ser.
ESO ES.
Dejar atrás el cigarro que te hacía sentir más importante, más tranquilo.
Fumarte la vida e inhalar cada día como si fuera el último. Drogarte con las risas, con los ojos achinados, con las manos que tocan y con los labios que susurran. Ser adicto al aire, a la intensidad de los momentos y a sacarle todo el jugo posible a esta vida que creemos estúpida, un juego, una broma pesada.
Mirar al cielo, respirar, sonreir y echar a llorar. Es para ti; sí, también es para ti. Y tú eres para él.
Gradúa tu vista, aprende a mirar, tiembla al saber y al desconocer.
Sé tú, permanece despierto incluso dormido.

Sueña, vive,...

Marzo (20 años)

Soy una persona afortunada.
Debería darme cuenta de que cada día de mi insignificante vida pasa algo por lo que estar grandiosamente agradecida.
Nada ocurre en vano, pero nos empeñamos en cerrar los ojos cuando sale el arcoiris. Nos hemos acostumbrado demasiado al sonido de la lluvia.
Hay que ser valiente para abrir los ojos.
MIRA CON ATENCIÓN.
No dejes que tu vida pase sin que tú hagas nada.

Hay que perdonar a nuestro "yo" del pasado. Él no tiene la culpa y, gracias a él, ahora eres como eres. Cada decisión que tomas te lleva al lugar en el que estás ahora.
Nunca te avergüences de quién eres. Si no te gusta, cambia.
Has conseguido mucho y cada día consigues un poco más.

24 de abril de 2012

Agosto (20 años)

Ya no están las golondrinas.
Han volado como mis ganas de seguir adelante en esta vida, que no es vida.
Sigo dando vueltas en círculos sin saber dónde ir, ni qué árbol guarece mejor, ni dónde empezar a respirar.
Tengo los pies hajados de largas caminatas en una soledad sin rumbo.
¿Cuándo sabe uno cuándo parar? Ni aunque tuviéramos delante la respuesta lo sabríamos.

Julio (20 años)

La magia de un beso supera hasta al mejor polvo, la mejor mamada y la más increíble comida de coño.
A veces, sólo necesitamos que nos besen. Notar unos cálidos labios apretando los propios mientras te agarran con fuerza, sin importar quién lo haga.
Eso es un problema.

23 de abril de 2012

Mayo (19 años)

En una sala de espera, contando los minutos para que alguien me regale algunos de los suyos. Pensando lo que dan de sí veinte días. Hay veces que tu vida es igual durante meses y otras que, en pocos días, te sucede hasta lo más inesperado.
Lo rechazado, lo prohibido, anhelado y conseguido, lo añorado y recordado,... lo olvidado.
Del amor al odio, de la amistad al amor, del amor a la locura, de la locura...
Entre todo este caos mental y emocional, de repente, surgen de la nada las palabras necesarias, las que te marcan para siempre, las que Él me dice. Bueno, me decía.

Hoy, todo me parece especial. Cada sonido que escucho y cada cosa que veo.
Todo tiene un porqué, una razón. Todo es bello según como se mire. Todo es una foto. Absolutamente digno de plasmar en la eternidad. Necesito capturar cada increíble momento, pero cómo, si todos lo son.

El destino pone en tu camino personas individualmente especiales o, quizás, sean ellas mismas las que se colocan ahí. Conexión de energías, química,... da igual cómo llamarlo.

Hoy es el típico día que no tiene nada de típico.

Enero (17 años)

Buscando tu mirada desesperadamente, esperando notar esa complicidad que nos une más allá de los quebraderos de cabeza, más allá de estúpidas peleas...
Esos besos cálidos que me hacen notar ese hormigueo inapaciguable; que me hacen notar lo mucho que significas en mi vida y lo poco que me importa lo demás...