30 de julio de 2015

Momentos invisibles.

A veces, se encuentra tan lleno que parece que va a explotar. Esos momentos compensan los ecos que resuenan los días teñidos de añil.

Hay quien abraza hasta las entrañas.
Hay ojos que envuelven, profundos como el espacio sideral.

Un baúl lleno de cuadernos en blanco con ataques de pánico y crisis de ansiedad, un candado sin ojo de cerradura, bisagras soldadas con acero y cobre.
Abrirse es una elección cardíaca y no cerebral. Así se coge más impulso para volar sobre el abismo y alcanzarlo todo.