3 de marzo de 2013

Ojos y manos y labios y más.


Mis labios llaman a los tuyos.
Esa increíble sensación de que nada puede ir mal porque tú estás conmigo. De mi mano. Sosteniéndome.
Y me doy cuenta de que a mi vida le faltaba el brillo que tú le das.

Corre una agradable brisa veraniega que no impide que el sol caliente mis huesos, esa que parece estar cargada de algo que no se sabe bien qué es, pero es bueno. Y mis pies se hunden en la arena húmeda más próxima a la orilla dejando mis huellas en el mundo hasta que el capricho del mar decida borrarlas, aunque en realidad nunca se borrarán del todo. Y te aprieto la mano, y me pasas el brazo por los hombros, y te agarro de la cintura, y sin despertar de mi sueño te miro, y me besas… Nada puede ser más perfecto que nosotros.
Esto no es un sueño, esta es nuestra vida. Y me siento la chica más feliz y afortunada del mundo cuando lo pienso, cuando caigo en la cuenta de que eres lo más real que tengo en la vida.  Qué suerte tenemos…

Nunca sabes lo mucho que puede cambiar tu vida en poquísimo tiempo. Y ahora sí que tenemos toda la vida por delante.

Tú y Yo. Esa es nuestra historia.