28 de marzo de 2022

Indómitos.

El miedo al mar es el miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, a que algo horrible pase si no tienes todo amarrado y los pies en la tierra, en el lugar donde creemos tener el control, aunque no.

Porque el mar es imposible de domar. Es salvaje y bravo. Va hacia donde el viento dirige y se deja llevar a una coreografía armónica y caótica a partes iguales. Recoge y remueve sedimento, flora y fauna, y el juego consiste en un acto de fe ciega en la corriente. Los que acepten su voluntad, entenderán para qué están ahí y sabrán ver recursos y oportunidades a su alrededor. Los que no, morirán ahogados luchando contra lo inevitable.

En él no existen conceptos como la justicia o la injusticia. El mar únicamente es, sin voluntad de dañar o beneficiar.

Está en uno mismo permitirse cesar la lucha y dejarse fluir, danzar con el viento y las olas, y disfrutar de su calma y su tempestad.