2 de agosto de 2013

Campos de petróleo y lava.

La muerte baila en boca de todos con una soltura que estremece. Mi corazón no está preparado para lenguas de frío acero que lanzan flechas de cianuro. Aún no sé esquivar.
Mientras ser sensible siga considerándose síntoma de locura, este mundo seguirá ardiendo en llamas de odio y frivolidad.

Y, mientras, la sangre brota sin nadie que la frene. Y calienta mis entrañas hasta desintegrarlas. Y duele. Y tú, reina sin corona, ni te enteras.

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