"Hay noches en las que me arrojaría al cielo", y noches en las que un universo infinito me coge de la mano y me lleva a bucear lejos del ruido y lejos de las farolas.
Descubro mil soles en los que calentar mi alma. Cuento cada hormiga que recorre mis mejillas y cada mariposa que se desliza por mi boca.
Mujer de corazón caliente, a pesar de los ocasos fríos. Congelados. Increíblemente gélidos. Bombeando magma del que arrasa, del que no puedes huir o esconderte.
Y aún tengo una mano libre para llevarte lejos. Para acariciar las cicatrices y las ruinas. Para liberar toda esa luz e impedir que se vuelva a esconder. Tengo una mano libre para reconducirte cuando no recuerdes hacia dónde ibas. Y, sobretodo, para sujetarme y sujetarte conmigo.
Cógela y despega los pies del suelo. No querrás volver a bajar.
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