Busco en el hueco frío de mi cama, ese que solías calentar tú. Aspiro tu olor y sonrío. Dejo llevar mi mente por cada recuerdo edulcorado que vivimos juntos.
Primer desvelo. No entiendo nada. ¿Dónde estás? Tanteo con los ojos cerrados y no encuentro tu sonrisa mirándome como últimamente. A lo bueno es muy fácil acostumbrarse.
Segundo desvelo. ¿Estás aquí? ¿Tienes suficiente manta? Tu hueco, que ahora intento calentar yo, me devuelve a cada momento de pura fantasía cogida de tu mano.
Cada corriente de aire me lleva a ti.
Solo con tus manos soy feliz.
Solo con tus besos lo tengo todo.
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