13 de mayo de 2015

Oda a ti.

Una flor por cada pensamiento dirigido a aquellos que se creen invisibles.

Esta realidad juega con el mito de la inmortalidad para que creamos que nos sobra el tiempo, que nos podemos permitir preocuparnos por tonterías.

Escuchen atentamente:                           NO.

No hay tiempo para minucias. Nunca lo hubo. Nos engañaron. Nos engañamos.

Cada vez que llenamos nuestros pulmones es motivo de dicha.
Todas las sonrisas que no han existido, empobrecen el corazón.

¿Saben qué?
Hay que sonreír.
Y hay que dar los buenos días, tardes y noches.
Seamos amables, sujetemos puertas, facilitemos las vidas de los demás.
Nunca sabemos si detrás de esa persona que gruñe hay un sufrimiento escondido, una carga demasiado pesada.
Hay muchas personas que necesitan esa amabilidad desinteresada. Incluso sin saberlo.
Abracemos a la gente que lo necesite. Nadie rechaza un abrazo sincero.

Y, POR FAVOR.

No nos callemos ningún pensamiento bueno. De nadie. Jamás. Es cruel guardárselo.
Nunca sabes cuánto te puedes llegar a arrepentir de lo que no dijiste.
Y nunca sabes todo el bien que ese pensamiento puede hacer.

Un mundo diferente, día a día. Empezando por cada uno. Por ti.

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