24 de agosto de 2012

10 de Agosto del 2012

Inesperadamente, bocanada de aire justo antes de perder el conocimiento. De pronto. Como un regalo de nadie. Donde llovían hachas, me protege un paraguas de cristal.

La silueta no para de acercarse. Yo sigo bailando. Me deslizo en un suelo resbaladizo, pero no me caigo. Aprendí a sortear los baches.
Me río, cierro los ojos. No me importa equivocarme. La vida es corta para que preocuparse tenga sentido.

Joder, mira qué sol. Es el amanecer más bonito que he visto en mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario